Geochicas es una red de mujeres mapeadoras.

Geochicas es una red de mujeres mapeadoras.

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Geochicas, la red de 300 mujeres activistas que cartografían el mundo denunciando la desigualdad

Son más de 300 activistas, están en 32 países, y juntas llevan casi 10 años mapeando el mundo reivindicando la lucha contra la desigualdad de género.

Más información: Diagnósticos erróneos, menos pruebas y exclusión: el sesgo de género que afecta a las mujeres más allá de las consultas

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"Hay que hacer nuestro propio mapa: mujerzuelas y burdeles". Esta fue la notificación que apareció en el teléfono móvil de Selene Yang hace casi 10 años. Provenía de uno de sus grupos de Telegram, donde se encontraba con distintos compañeros de OpenStreetMap (OSM), la base de datos geoespaciales abiertos más grande del mundo.

Por destino o por casualidad, a Yang le llevó allí la investigación en la que trabajaba para sacarse el doctorado en Comunicación Social en la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), que consistía en una radiografía del riesgo, desastre y migración de la gran inundación en Ciudad de La Plata en 2003. "Ahí me di cuenta de que necesitaba mapear", confiesa conversando con ENCLAVE ODS desde el otro lado del charco.

Rodeada de hombres, no se amedrentó ante aquel mensaje:

+"¿Después se preguntan por qué hay tan pocas mujeres en estos espacios?"

-"¿Y después se preguntan por qué las llaman feminazis?"

Fue en ese momento cuando se juntó "el feminismo y las ganas de pelear". Y de esa mezcla, como si se hubiera combinado en coctelera, nace Geochicas: la primera comunidad de mujeres mapeadoras que trabajan por el empoderamiento femenino y la reducción de la brecha de género en comunidades asociadas al mundo del software libre y datos abiertos.

Era 2016, y por entonces tan solo eran un pequeño grupo de jóvenes con ganas de reivindicar el papel de la mujer en la tecnología. Hoy, ya son más de 300. Trabajan "de manera altruista" desde 32 países del mundo, hay desde antropólogas hasta historiadoras –de hecho, muy pocas son cartógrafas–, y lo mismo te mapean las actividades simultáneas que recorren el mundo por el 8M como las calles en las que podrías encontrar 'un violador en tu camino'.

Un discurso "pesado"

"Se sigue repitiendo el mismo discurso de que las mujeres y los géneros disidentes no participan en la comunidad tecnológica porque simplemente no les gusta... y es pesado ya". Con la misma contundencia con la que habla de feminismo, Selene Yang se pronunció sobre cartografía con sus dos compañeras, la geógrafa-urbanista francesa Céline Jacquin y la experta en industria espacial y geoespacial mexicana Miriam González, antes de partir hacia São Paulo (Brasil) para la conferencia anual de OSM State of the Map (SoTM) LATAM 2016.

Juntas, cofundaron Geochicas, y fueron decididas a discutir, frente a la mesa de expertos que allí se encontraban, las causas y las implicaciones de la baja participación de mujeres en la construcción de mapas.

Selene Yang.

Selene Yang. Alma Rangel

"Si te vas a Django, que es un lenguaje de programación web, existe Django girls. Si te vas a R, que es otro lenguaje, existen R ladies, entonces ¿por qué con el resto de tecnologías no? Cansadas de la misma mirada de siempre, simplista y reduccionista, decidimos arrancar con una comunidad de mujeres hispanohablantes de Latinoamérica, también por una cuestión política de poder comunicar nuestras problemáticas en idiomas que no sean el lenguaje hegemónico de las tecnologías", explica Yang.

"Y así, en un abrir y cerrar de ojos... el próximo año cumplimos diez años". Después de casi una década de un proyecto tan ambicioso como era crear toda una red de mujeres tecnólogas y activistas, hoy son ya "toda una crisálida" de más de 300 mujeres de 32 países del mundo, entre los que también se encuentra España.

Hay desde lingüistas, arquitectas, antropólogas o historiadoras hasta periodistas, diseñadoras web o cartógrafas, y se definen como "una colectiva activista, transincluyente, autogestionada, autoconvocada y ordenada". Trabajan "de forma horizontal" en diferentes proyectos que, para ellas, distan mucho de ser una "simple visualización de datos".

"Es tener en cuenta todas las cuestiones de la espacialidad, el territorio y la tecnología pensadas desde el feminismo y el género. ¿Y a qué me refiero con esto? Pues a que mapeamos con datos de, por ejemplo, de clínicas que tengan servicios específicos para mujeres, baños públicos para mujeres, máquinas expendedoras de higiene femenina...", apunta.

"También hemos hecho diferentes proyectos de visualizaciones de fenómenos que suceden en el espacio, como el Atlas de la Memoria Especializada del 8M. Venimos haciéndolo desde hace cinco años, y mapeamos alrededor del mundo todas las actividades que se hagan durante el Día de la Mujer", añade.

Incluso, formaron parte del famoso movimiento feminista en forma de performance, 'El violador eres tú', iniciado en Chile, que dio la vuelta al mundo "y acabó traducido a todos los idiomas". "Una compañera de la Internacional Feminista de Uruguay contactó con nosotras porque quería guardar el histórico de todo lo que sucedió. Y así, una mujer que nunca había tocado un mapa, lideró y sostuvo este proyecto de mapear el recorrido de esta reivindicación", cuenta Yang.

"Haciendo malabares"

A pesar del éxito de Geochicas, ninguna de estas mujeres se dedica en exclusiva a ello. Todas compaginan su vida laboral con esta actividad "a modo de reivindicación y activismo", que hacen de forma completamente altruista y en la que, cada una, aporta los conocimientos que puede y el tiempo y recursos que dispone.

"Sin duda somos unas privilegiadas porque todas las que estamos en esto podemos compaginar nuestra labor en el proyecto con nuestra profesión. No ocurre lo mismo con la mayoría de las mujeres que, históricamente, entre el trabajo, los niños, las tareas... lo tienen más difícil", confiesa Yang.

Mapeo del 8M.

Mapeo del 8M. Geochicas

"Al final, se trata de hacer un juego de malabares", responde cuando es preguntada acerca de cómo llega ella a todo. Combina esta iniciativa con su trabajo como Especialista Global en Diversidad, Equidad e Inclusión en la Fundación Wikimedia; en las redes de CHAOSS –una comunidad de software libre–; y en GitHub –una empresa tecnológica–. Mientras que, a la vez, es investigadora en la Universidad de Stanford (Estados Unidos).

"Tengo cuatro trabajos y dos chicas. Soy virgo, y por eso soy muy organizada", bromea, "aunque el secreto al final también está en confiar y en delegar. Eso me permite enfocarme en cosas más puntuales de Geochicas, pero lo hago con mucha más cabeza", admite.

El objetivo: dejar de existir

Geochicas ya ha dado la vuelta al mundo. Cuenta con representación en cuatro de los cinco continentes y, con muchos proyectos consagrados a sus espaldas, de cara a mirar hacia el futuro, su objetivo solo es uno: dejar de existir.

"No es que de repente quiera decir que desmantelamos esta comunidad preciosa, con este sentido del compañerismo, sino que al final nosotras nacimos con el objetivo de mostrarle al mundo que sigue habiendo demasiada disparidad de género, y que las mujeres seguimos atravesando problemas como el acoso, la violencia... y si seguimos existiendo es que eso significa que sigue habiendo cosas por las que luchar", sentencia Yang.

La comunicadora no ve necesidad, ni quiere que Geochicas se convierta en una referencia. "Ya lo somos en muchos sentidos", matiza, "pero no creo que sea necesario que nosotras seamos la hegemonía de todo esto". Aunque se despide con esa ansia de desaparecer, sabe de sobra que aún queda mucho, pero, asegura, "estaremos aquí para subsistir a las demás compañeras. Es nuestro deber".